martes, 29 de diciembre de 2015

África, el continente olvidado, como oportunidad de inversión. (Caso de Etiopía).




El artículo presenta una serie de argumentos, casi todos ellos positivos, presentando a África como una oportunidad de negocio para las economías avanzadas. Hace referencia a la riqueza en materias primas que tiene el continente lo cual es la base de las actuales relaciones comerciales de África con el resto del mundo pero lo novedoso del enfoque es visualizar a África no sólo como exportador de materia prima sino también como una nueva zona en la que las empresas de los países desarrollados basen y localicen su producción. Se sugiere la idea de que África se convierta en el nuevo ‘sudeste asiático’ ahora que allí la situación económica y social local está mejorando (ascenso de salarios y más derechos laborales) y a las compañías occidentales ya no les resulta tan barato producir allí. En apoyo de esta tesis tenemos factores como que muchos países africanos ya llevan casi una década creciendo a cotas en torno al 6% anual con lo cual es una economía que ya está en marcha y ya tiene cierta inercia. Además es rica en materias primas (40% reservas mundiales de oro, 30% reservas minerales mundiales, 10% reservas mundiales de petróleo y gas), y tiene un potencial enorme en el sector agrícola (60% de las tierras cultivables del planeta) y un gigantesco margen de mejora ya que sólo un 10% de esas tierras están actualmente cultivadas. Además también poseen dos características que todas las economías emergentes presentan: una gran extensión territorial y sobretodo una enorme población de más de 1.000 millones de habitantes y además muy joven.

Con todo lo anterior es cierto que se puede pensar en África como la nueva China, pero en mi opinión no son fenómenos comparables. Los países africanos no están cohesionados, no trabajan juntos en proyectos internacionales, ni siquiera han conseguido crear un comercio interno entre ellos mismos que podría ser la clave para mejorar significativamente sus economías y su futuro. Hay una gran cantidad de conflictos armados entre países pero también entre etnias de un mismo país, problemas de terrorismo, estados fallidos, gobiernos intervencionistas, pseudodemocracias, dictaduras ‘perfectas’, etc. Además existe una diferencia abismal con los países asiáticos y son las infraestructuras. En Asia encontramos los mejores puertos del mundo en cuanto a tamaño y sobre todo a explotación y en África se encuentran algunos de los peores. También podríamos reflexionar sobre algo que aunque no es tangible es posible que haya tenido importancia en los costes de producción asiáticos y es que en África, y tal vez en ninguna parte del mundo, no existe la misma cultura del trabajo y el sobresfuerzo que en los países asiáticos y principalmente en China.


País elegido: ETIOPÍA

 
Basándome en un estudio del diario “The Economist” (tabla superior) he pensado en Etiopía ya que lleva 15 años creciendo a una media en torno al 8% anual.

No obstante hay que tener en cuenta que Etiopía venía de un nivel muy bajo y eso explica en parte ese crecimiento tan rápido de su PIB pero es un hecho que el país ya no tiene nada que ver con esa imagen de guerra y hambruna de los años 90. 

Niños de la aldea de Jinka
  Además me parece un ejemplo interesante porque no basan su enorme y sostenido crecimiento en el petróleo y las materias primas sino en el desarrollo de su agricultura, en los servicios, la inversión pública y algo muy esperanzador como el consumo privado. Tienen a China como su mayor inversor (más de 150 proyectos chinos en el país sobre todo en materia de infraestructuras)  y a la UE, la propia China, Arabia Saudí y Suiza como principales aliado comerciales, además de estar fomentando un comercio interior significativo con Somalia. Un elemento básico también es la ayuda internacional ya que los donantes extranjeros inyectan en la economía etíope una media de unos 3.800 millones de dólares anuales (Fuente: Banco Mundial).

 


 Por otro lado Etiopía no tiene hidrocarburos con lo cual es energéticamente dependiente y aunque el precio del petróleo está bajando y su cuenta de exportaciones es muy buena aún así tienen problemas con el déficit comercial.

Negativo para el comercio es la gran corrupción que hay en el sistema político y burocrático.
En cuanto a las condiciones de trabajo, los sueldos son muy bajos y las jornadas de trabajo muy exigentes. Además los trabajadores etíopes no gozan de buenos derechos sociales. Tristemente todo esto pueden ser buenas noticias para las empresas que quieran deslocalizar su producción de Europa a Etiopía, aunque también lo serían para Etiopía en términos de trabajo y crecimiento económico.

Si por ejemplo quisiéramos exportar maquinaria agraria, ya que el gobierno etíope quiere transformar el sector de agricultura artesanal a industrial y necesitan maquinaria extranjera, tendríamos que pagar un arancel del 10%  (ICEX).

En la página del CESCE obtenemos que su situación política es estable, la economía interna es favorable y estable, y la economía exterior es estable pero desfavorable. Aún así creo que sería buena elección el invertir allí seleccionando bien el sector (industria agrícola, turismo, infraestructuras).

Cataratas del Nilo Azul
 
De la Secretaría de Estado de Comercio de España obtenemos, de uno de sus informes, los siguientes impedimentos al comercio con Etiopía:
Actualmente la escasez de divisas es la primera barrera para la importación en Etiopía. El régimen de importación es bastante estricto: los importadores deben solicitar un permiso de importación que les permitirá adquirir las  divisas necesarias, canalizar la operación a través de un importador registrado como importador oficial y obtener una carta de crédito por el 100% de la operación comercial antes de poder realizar un pedido.

Las empresas de la UE se quejan de que hace algunos años se podía operar a través de pago contra entrega de documentos, mientras que hoy sólo el 15% de los pagos se realizan de esta manera. Muchas empresas evitan contratos con las agencias gubernamentales o empresas públicas ya que en caso de no recibir compensación por variaciones de tipo de cambio o devaluación, la demanda tiene escasa probabilidad de  éxito, por la dependencia del sistema judicial del gobierno. 

Las autoridades etíopes de aduanas a menudo identifican supuestos bajo-costes debido a que para los productos importados dentro de una misma categoría se considera como precio de referencia el más alto de un período específico, de manera que no tienen en cuenta que el precio varía en relación con la calidad, el mercado de origen y otros factores.

La incertidumbre de las operaciones se prolonga porque las autoridades chequean también operaciones de años anteriores. Actualmente los tiempos medios de importación y exportación son de 44 y 42 días respectivamente. Para facilitar este proceso la Autoridad Etíope Aduanera está elaborando una modificación a las regulaciones aduaneras, cuyo borrador se prevé esté listo en breve. Etiopía sigue manteniendo un régimen de inspecciones de preembarque (PSI). La empresa suiza SGS (Société Générale de Surveillance) es la que fue asignada por el Gobierno etíope para llevar a cabo esta inspección. Serán susceptibles de inspección todos los envíos cuyo valor FOB sea superior a 2.000 dólares americanos, con excepción de alimentos frescos, fertilizantes, petróleo, metales preciosos, obras de arte y todos los productos que constituyan donaciones de otros países u organizaciones internacionales. 

Etiopía ha introducido un sistema armonizado de clasificación de bienes y la importación de bienes y servicios está generalmente sujeta al pago de aranceles, que oscilan entre el cero y el 35%. Además del arancel, se aplica una tasa del 3% sobre el valor CIF de la mercancía, que se reduce al 2% en el caso de ONG’s, agencias gubernamentales  e  instituciones  privadas  sin  ánimo de  lucro. Una serie de productos, tanto fabricados localmente como importados, están sujetos al  pago  de  impuestos  especiales  que  varían  entre  el  10%  y  el  100%. La incertidumbre legal y económica y el comportamiento arbitrario de las autoridades etíopes  hace difícil  identificar  los  problemas  para  pedir  soluciones  concretas. En este momento el Gobierno etíope está redactando una nueva ley sobre aduanas, cuyo principal objetivo es agilizar los procesos de importación y exportación de 24 bienes  y  así  eliminar los cuellos de  botella que se producen en las aduanas etíopes”.

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